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Hemos estado, todo el Centro, en la exposición de la artista ubetense Pepa Salas Vilar. Sus cuadros representan a personajes que la sociedad margina y no suele tratar bien. Por eso la ha llamado Rara avis in terris. Nos han interesado mucho las explicaciones de Pepa sobre sus pinturas. Y también hemos aprovechado para hacerle una estupenda entrevista ¡Gracias Pepa!

La artista Pepa Salas Vilar muestra sus último trabajo en la iglesia de San Lorenzo de Úbeda. A su exposición de pintura la ha llamado Rara avis in terris, una expresión en latín que quiere decir algo así como «bicho raro». De ella sabemos que nació en Úbeda en 1976, y que comenzó con la pintura en la Escuela de Arte de la Casa de las Torres. Más tarde se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Granada.

Ahora vive en la ciudad alemana de Hannover, donde trabaja y tiene su estudio. Y es una de las artistas más valoradas, con numerosos premios y reconocimientos. Pepa nos ha enseñado a los chicos y chicas del Centro Ocupacional de Úbeda sus preciosos cuadros y nosotros le hemos hecho una entrevista para conocer más de ella y de su arte. Y esto es lo que nos ha contestado.

Entrevista a Pepa Salas Vilar

¿Dónde te sientes mejor en Úbeda o en Alemania? Llevo doce años viviendo en Alemania y muy bien, porque la verdad es que allí puedo vivir de mi arte. Pero cada vez necesito más regresar a mi tierra, echo de menos el sol, la familia, los amigos, todo. Me estoy planteado esta posibilidad. 

¿Has vivido en otros países? Sí, mientras cursaba los estudios de Bellas Artes en Granada, me concedieron una beca Erasmus de un año en Bolonia, en Italia. Fue una experiencia maravillosa, me hubiera quedado allí. Después, cuando inicié el doctorado, tuve la ocasión de viajar a Polonia con otra beca de estudios. Pero allí hacía aún más frío que en Alemania. Ahora lo que me gustaría es volver a vivir en Granada.

¿Por qué necesitas pintar? Para estar viva. También por lo que he dicho antes, estoy en un país donde hay muy pocas horas de luz y donde suele hacer mucho frío. Las relaciones sociales tampoco son muy expansivas. Así que, si no pintara me moriría de pena…, cuando pinto digo ¡Ya está aquí el sol!

¿Por qué has elegido este tema para tu exposición? Porque quiero denunciar el trato que la sociedad le da al diferente y despertar la reflexión sobre este tema. El que hay que mirar a las personas que nos rodean de otra manera, aceptando el que sean libres para elegir cómo desean vivir, y reivindicar sobre todo la empatía del abrazo.

Algunos autorretratos de la artista

¿Por qué te has pintado con todos los «bichos raros»? Porque yo también me he sentido un bicho raro. Cuando era pequeña me encontraba como fuera de lugar, hasta que fui a la escuela de Bellas Artes y conocí a otras personas como yo. Comprendí que ese era mi sitio, era como volver a casa. En uno de mis cuadros me represento yo de niña en mitad de un charco que es a la vez el universo. Y pongo de manifiesto en él que los abrazos de empatía, como yo los he tenido, son fundamentales para no sentirse solo.

En el cuadro Bienaventurados los bichos raros, Pepa Salas se ha pintado como si fuera uno más, con el perro verde y con la oveja negra. Pero también con un extraño animalillo: el ajolote. Se parece a un renacuajo, y si pierde alguna parte de su cuerpo le puede crecer de nuevo, como el rabo de una lagartija. Ella dice que ojalá tuviéramos nosotros la oportunidad de hacer lo mismo, sobre todo cuando nos rompen el corazón, que se pueda recomponer por sí solo.

Hay otro cuadro en el que también se ha pintado Pepa, con una frase en alemán Du bist ein traum, que quiere decir Tú eres un sueño. Eso es lo que ella cree que somos los bichos raros, el fruto de un sueño, de un milagro. Somos seres extraordinarios por el simple hecho de existir, igual que el resto de las personas. Ni mejor ni peor, ni más buenos ni más malos, solo distintos.

Las Rara avis in terris de Pepa Salas

¿Quiénes son para ti raras avis? Para mí no hay raras avis, es la sociedad la que etiqueta a las personas diferentes de esta manera. Lo hace con los extranjeros por ejemplo, que les cuelga la etiqueta de ilegales. También con los homosexuales, los ancianos, los albinos, los patitos feos, el perro verde, o con las minorías como los maoríes, que son sometidas y transformadas sus costumbres a la fuerza. Todo lo diferente es considerado una amenaza, pero siempre hay que ver la parte bella del ser, lo «sagrado» que sin duda posee.

¿Por qué la mujer es rara avis? En esta exposición he querido llamar la atención sobre el trato que recibe la mujer como un simple objeto. Hay concursos en los que se les tapa la cabeza con un saco para valorar solo sus piernas. Se anula su expresión, su personalidad. Es evidente que la sociedad actual discrimina a la mujer, ¿cuántos cuadros de mujeres hay en los museos, por ejemplo?, su lucha es la de demostrar que todos somos iguales.

¿Son un poco tristes tus cuadros? Es verdad que hay un poso de tristeza en ellos por el tono de denuncia que tienen. Pero es un planteamiento que yo hago con calma, sin sangre, sin violencias. Asumo que la vida es tan frágil como la de un pajarillo, un pajarillo que puede morir, claro, pero que lo hace en paz. Siempre procuro atenuar ese sentimiento de tristeza con el añadido de la esperanza.

Solo se ve con los ojos del corazón

¿Por qué se tapan los ojos las personas que pintas? Cuando piensas un deseo, cuando vas a soplar las velas de una tarta por ejemplo, sueles hacer fuerza con los ojos y taparte la cara. Eso es lo que he querido pintar yo, un deseo que quiero que se cumpla. Y destacar que los ojos que ven son los ojos del interior, ese ojo que mira hacia dentro y que he pintado también en mis cuadros.

¿Por qué has pintado a una madre con su bebé? En realidad son dos hermanas albinas, pero también encarnan la maternidad. Son como una Virgen con el Niño, reflejo de un misterio, de una relación incondicional de entrega y de amor. Es un tema que siempre me ha fascinado. Es La belleza, como lo he titulado.

¿Cuál es tu técnica? Esta exposición está realizada, en su mayoría, con pintura acrílica sobre lienzo, aunque también hay algunos cuadros al óleo. Los hago yo misma, con tablas y lienzos que preparo a medida. Sus dimensiones pueden ser tan pequeñitas como un medallón o medir hasta cinco metros, como el que hay colgado en el altar de esta iglesia de San Lorenzo.

¡Y aquí se termina nuestra entrevista! La exposición Rara avis in terris de Pepa Salas Vilar nos ha gustado bastante. Porque, nos ha enseñado a ver la belleza en lo diferente y caer en la cuenta de que, en realidad, no hay tales «bichos raros» en el mundo sino seres «extraordinarios». ¡Se la recomendamos a todo el mundo! Te dejamos un vídeo con nuestra interesante experiencia por si te ha sabido a poco: