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Nunca podíamos imaginar que existiese una ciudad tan grande y tan antigua enterrada bajo nuestros pies. Una ciudad rodeada de enormes murallas con magníficos edificios, calles, baños públicos, preciosos mosaicos, templos y un castillo. Todo eso lo descubrimos en nuestra visita a Cástulo. 

Los compañeros y compañeras del Centro de Día Ocupacional realizamos una fascinante visita a la ciudad ibero romana de Cástulo. Fuimos acompañados de nuestro guía favorito, Juan Carlos, que tantas veces nos ha explicado cosas super interesantes en el Museo Arqueológico de Úbeda. Como él nos dice siempre, activamos el botón de la imaginación para disfrutar a tope de las ruinas arqueológicas de esta ciudad, que surgió hace miles de años y que no ha dejado de estar habitada hasta el siglo XIV.

Hay que hacer un esfuerzo grande para hacerse una idea de lo importante que fue Cástulo en la antigüedad. Rodeada como estaba de formidables murallas, casi cuatro kilómetros. Su riqueza provenía de las minas de plomo y plata que hay por esta zona, próxima a Linares, en la provincia de Jaén. Además, Cástulo estaba situada también junto a un río, el Guadalimar, que en ese tiempo llevaba tanta agua que podían llegar los barcos hasta la propia ciudad para comerciar con los minerales.

Apasionantes restos arqueológicos

Todo esto nos dijo nuestro guía en el Centro de Interpretación de Cástulo. Y después pudimos ver lo que los arqueólogos han sacado a la luz, de debajo de la tierra. Hay en Cástulo un lugar que ha sido cementerio de la ciudad durante cientos de años. Las tumbas más sobresalientes que hay en él son de época íbera, donde se han hallado ricos ajuares funerarios, formados por joyas, piezas de cerámica, armas… También se han encontrado gran cantidad de exvotos, esas figurillas de bronce o de cerámica que llevaban a los santuarios para pedir cualquier cosa a la divinidad.

Debió de existir en Cástulo muchos santuarios, de íberos, romanos y cartagineses, sobre todo. Pero también edificios muy importantes, si tenemos en cuenta sus grandes dimensiones. Muchos de ellos son de carácter público, como las termas romanas, situadas en el centro de la ciudad, que tienen varias piscinas y conducciones de agua caliente.

El mosaico de los Amores

Una de las cosas que más nos ha gustado en nuestra visita a Cástulo es el mosaico romano de los Amores. Está situado en un gran edificio dedicado a uno de los emperadores más importantes de Roma. Y está hecho con miles y miles de teselas, que son trocitos muy pequeños de piedra y de pasta de vidrio de distintos colores. Nos ha parecido un mosaico enorme, con figuras geométricas chulísimas y, en el centro, la representación de varias escenas de la mitología griega.

Los personajes que más se repiten en el mosaico son los dioses del amor. Por eso se llama «el mosaico de los Amores». Son como angelotes con alas, que juegan a cazar liebres y perdices. En las esquinas del mosaico hay también cuatro personajes que representan las estaciones del año y las diferentes etapas de la vida de las personas: infancia, juventud, madurez y vejez.

Museo Arqueológico de Linares

La mayoría de las piezas que se han encontrado en la ciudad de Cástulo están ahora expuestas en el Museo Arqueológico de Linares. Así que es necesario visitarlo. Además de los lujosos ajuares de las tumbas, de los exvotos de bronce o las cerámicas, hay otras piezas que nos han llamado la atención. Una de ellas es la estatua de un fabuloso león íbero-romano.

El león, que está hecho de piedra arenisca, pesa casi una tonelada, y está en una actitud amenazante, como si rugiera, y tiene la cabeza de una persona entre sus garras. Esta estatua estaba situada en el lugar más alto de la muralla, para que pudieran verla desde lejos los que llegaban a la ciudad. Si hacemos uso de la imaginación, como dice nuestro guía, nos parece una manera alucinante de mandar un mensaje claro a todo el que pretendía hacer una visita a Cástulo: «esta no es una ciudad cualquiera».